En mi anterior libro sobre Calidad Japonesa en la Industria, hablábamos de como los japoneses inventan la calidad total por pura necesidad de supervivencia de la empresa.Decíamos que la calidad no es un concepto teórico sino que por el contrario es 100% práctica, sencilla, básica y que tenía lugar en el taller de producción.Por mucho que leamos libros y asistamos a cursos y más cursos sobre calidad total nunca asimilaremos los principios sino entendemos cual es la mentalidad correcta.Es fundamental asimilar la mentalidad que nos debe guiar en el camino de la excelencia para conseguir la implementación real en la empresa de la mejora continua o sistema KAIZEN dentro del sistema de calidad japonés o GESTIÓN DE LA CALIDAD TOTAL.Podemos decir sin miedo a equivocarnos, que la condición “sine qua non” es que previamente deberemos entender, practicar e implantar el sistema de comunicación total al que los japoneses llaman HOU-REN-SOU: HOUKOKU, RENKAKU, SOUDAN o en otras palabras: INFORMAR, COMUNICAR, CONSULTAR.Cuando inicié mi primera experiencia laboral como Director de Calidad dentro de la empresa japonesa ni siquiera se me habría ocurrido pensar en la importancia de HOU-REN-SOU.A menudo me guardaba la información para mí mismo o preparaba un informe yo solo y cuando ya estaba terminado y pasado a limpio, muy orgulloso del buen trabajo realizado lo presentaba al presidente japonés de la empresa en un comité de calidad o en el comité de dirección semanal.Esas presentaciones concluían habitualmente, contra todo pronóstico, como un verdadero desastre.Recuerdo que los japoneses se enfadaban mucho y discutían entre sí.Personalmente me sentía molesto de que despreciaran un informe tan detallado e incluso bonito con el que desde luego esperaba lucirme.Que era lo que les parecía mal?Pero para los japoneses era muy difícil, sino imposible, entender por qué no había compartido la información con otros directores de departamento antes de presentarla oficialmente en una reunión.Incluso no entendían porque había ocultado información relevante a la dirección hasta ese momento.Yo les contestaba que les estaba informando en ese mismo momento y que había esperado a tener listo un informe en condiciones.Ahora puedo comprender que realmente eran incapaces de entenderme por más que intentara explicarles.El presidente de la empresa, un japonés bajito, entrado en años, siempre elegante y de la vieja escuela me miraba muy enfadado y juntaba las manos de forma que la palma de la mano derecha miraba hacia abajo y la de la izquierda hacia arriba y uniendo los dedos de las dos manos tiraba de ellos con fuerza en direcciones opuestas y no paraba de repetirme HOU-REN-SOU, HOU-REN-SOU, HOU-REN-SOU…, vamos a ver que quería decirme!